miércoles, 18 de noviembre de 2009

Padre... perdónalos, porque no saben lo que hacen. Lucas 23:34

Buenos días amados hermanos:


Mi oración es que nuestro Todopoderoso Dios les bendiga y les guarde junto con su familia. Dentro de poco tiempo estaremos celebrando la navidad y qué mejor tiempo para estar en paz y armonía.

Creo que uno de los elementos básicos para la vida es el perdón. Pensemos en el perdón de Dios hacia nosotros y cómo podemos vivir como hijos de Dios perdonando.

Padre... perdónalos, porque no saben lo que hacen. Lucas 23:34

Perdón. ¡Qué palabra tan chiquita pero cuánto cuesta decirla! Si, no resulta nada fácil que estas seis letras salgan del corazón.

El Señor Jesucristo estaba en el madero sufriendo, agotado, maldecido, incomprendido.

Habían sido días difíciles. Días de soledad. Días de lágrimas como de sangre. Sus amigos lo habían abandonado, a los que sanó se burlaban de él. Muchos que fueron alimentados ahora se reían de su situación. Era más fácil maldecir que perdonar.

Sin embargo en su corazón corría un manantial de amor, de perdón. Su misión era salvar no condenar, y él nunca fallaría a su misión sobre la tierra. No importaba el dolor que sentía, su amor era más grande. No le importó la humillación recibida, su gracia era abundante.

Probablemente vio todos aquellos rostros que estaban viendo sólo un espectáculo.

Él vio corazones necesitados de perdón, de amor, de vida. Por eso expresó: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

El madero de la cruz simboliza cuánto cuesta el perdón cuánto amor hay en quien quiere perdonar. Mira a Cristo, llénate de él.

Si la muerte es el precio del perdón, la resurrección es el sello de la victoria. Permite que todo cuanto te impide perdonar sea clavado en la cruz y muera allí. Resucita con Cristo a una vida nueva.

Hoy miraré a quien me cuesta perdonar, como tú Señor, me miras a mí.

El mensaje de la cruz es un mensaje de perdón, si nosotros no perdonamos a los que nos ofenden, ¿cómo podemos ir ante el Padre y confesarle nuestras ofensas para que nos perdone?

Reflexiona seriamente en tu corazón y si no puedes perdonar, acércate al Señor y pídele que te de un corazón que perdone, que ame aún a tus enemigos.

No es fácil, pero tampoco es imposible.

Dios te bendiga.

Pastor Hazael Campuzano

No hay comentarios:

Publicar un comentario